estrategias rendimiento

Cuando una empresa envía a un profesional a trabajar a un destino extranjero suele ser comprensiva con el tiempo de adaptación, pero muy pronto le pedirá un alto rendimiento y mantener la productividad en su nuevo puesto. Implementando ciertas estrategias no solo cumplirás con los objetivos laborales propuestos, sino que también podrás sacar el máximo provecho y disfrutar más de la experiencia profesional en tu nuevo destino.

 

Adapta tus rutinas

Una asignación internacional supone la necesidad de tener que reajustar ciertos aspectos de la vida laboral de manera inmediata, lo que implica desde adaptarse a la diferencia horaria hasta entender la forma de trabajar en el nuevo destino. La clave está en ser flexible y estar dispuesto a aprender rápido.

Puedes comenzar identificando las horas en las que te sientes más energético y productivo. Si empiezas a trabajar en los días siguientes a tu llegada el jet lag quizá te obligue a modificar ligeramente tu horario habitual. Esta situación también puede convertirse en una oportunidad para explorar un nuevo ritmo de trabajo que se adapte mejor a tus responsabilidades laborales.

Por otro lado, también será necesario integrar las costumbres del país de destino a tu día a día. Por ejemplo, si en tu nuevo puesto es común realizar un paréntesis a media mañana para un café, deberás incorporarlo a tu rutina diaria. Estas prácticas te ayudarán a integrarte en el ambiente laboral, y pueden resultarte muy útiles para conocer mejor a tus compañeros.

 

Organiza tu espacio de trabajo

Uno de los primeros pasos para mantener la productividad es contar con un espacio de trabajo organizado. Si no tienes una oficina física a la que acudir y estás alojado temporalmente en un hotel, o estás disfrutando de un apartamento provisional, es importante conseguir un espacio cómodo.

Busca un lugar tranquilo, bien iluminado y que te permita concentrarte sin distracciones. Invierte en lo necesario para hacerlo más cómodo: una silla ergonómica, una buena conexión a Internet y, si es posible, útiles que te hagan sentir como en casa.

Para trabajar desde un coworking lo mejor es eligir uno que esté cerca de tu lugar de residencia y que ofrezca un ambiente compatible con tu estilo de trabajo. Algunos espacios ofrecen actividades para conocer a otros profesionales, lo que también puede ayudarte a construir una red social y profesional en el nuevo destino.

 

Utiliza la tecnología para estar conectado

Estar lejos de la empresa matriz, tus compañeros de trabajo habituales, y tus amigos y familiares, no significa que tengas que sentirte aislado. La tecnología se convertirá en tu mejor aliada para mantener el contacto y una comunicación fluida, ya sea a nivel personal como profesional.

Plataformas como Zoom o Microsoft Teams te permiten mantener reuniones, compartir avances y resolver dudas en tiempo real, siempre que coordines horarios para que la diferencia horaria no sea un obstáculo.

 

Encuentra un equilibrio entre trabajo y tiempo libre

Trabajar en el extranjero no debe limitarse solo al ámbito laboral. También es importante que los asignados internacionales puedan sumergirse en la cultura local. Para lograrlo debes planificar bien tu tiempo. Te ayudará establecer horarios tanto para trabajar como para desconectar, y no saltártelos habitualmente.

El descanso es necesario no solo para el bienestar del profesional, sino que también para mantener el rendimiento, ya que le permite recargar energías y, en cierta manera, estimula la creatividad y estar fresco para afrontar las jornadas laborales.

 

Supera las barreras culturales y de idioma

Una de las dificultades más comunes que se encuentran los asignados internacionales son las diferencias culturales y el tener que enfrentarse a un idioma diferente. Para ello es necesario dedicar tiempo a aprender lo básico del idioma local y a familiarizarse con las costumbres del país. Lo puedes hacer incluso antes de marcharte al nuevo destino, informándote y realizando cursos de formación. Todo ello facilita la adaptación y te ayudará a establecer mejores relaciones con colegas y clientes locales.

 

Prioriza tu bienestar físico y mental

El estrés puede afectar tu productividad y una asignación internacional es un factor altamente estresante. Por eso, es necesario incorporar una actividad física a tu rutina diaria. Puedes pasear antes o después de la jornada laboral, ir al gimnasio o hacer alguna actividad de tu interés, como clases de yoga.

En cuanto al bienestar mental, existen técnicas como la meditación que ayudan a gestionar la ansiedad. Programar llamadas de forma regular con familiares y amigos también puede ayudarte a tener una actitud positiva.

 

Establece metas claras y celebra tus logros

Para mantenerte motivado trabajando en el extranjero es importante tener objetivos claros. Define metas específicas y revisa tu progreso de manera regular, y una vez hayas logrado tus metas, celébralas, por pequeñas que sean. Puede ser algo tan simple como darte un capricho al finalizar un proyecto importante o planificar una escapada después de una semana productiva.

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