El impulso hacia la internacionalización no solo implica la apertura de nuevos mercados, sino también la movilización de talento a través de asignaciones internacionales. Estas experiencias, que ofrecen a los empleados la oportunidad de trabajar en diferentes países, enriquecen la diversidad cultural de las organizaciones, pero también presentan interesantes desafíos.
Por todo ello, y teniendo en cuenta que el objetivo final de la asignación internacional es que sea un éxito, hay determinadas cualidades, competencias y habilidades en las que se fijan las empresas y que convierten a un profesional en el candidato ideal para una asignación internacional. Estas son algunas de ellas.
Competencias multiculturales
En el complejo entramado de la globalización, la competencia multicultural es el pilar fundamental para aquellas organizaciones que buscan triunfar por medio de una asignación internacional. Más allá de simplemente hablar varios idiomas, el profesional debe contar con una comprensión global de las normas sociales, los valores y las tradiciones del entorno que le acogerá.
La habilidad de interpretar los matices culturales permite no solo la adaptación, sino también la integración efectiva en otro equipo de trabajo, contribuyendo significativamente al éxito del proyecto internacional.
Flexibilidad y adaptabilidad
Para prosperar en un ambiente de trabajo que varía respecto al país de origen, el asignado internacional debe contar con dos cualidades fundamentales: flexibilidad y adaptabilidad. Esto implica no solo la capacidad de ajustarse a los cambios que se va a encontrar en su nueva posición, sino también la capacidad de gestionar correctamente la incertidumbre que supone aterrizar en un nuevo país y en un nuevo puesto de trabajo.
La habilidad de mantener la calma y la productividad ante el día a día, especialmente al principio de la asignación profesional, es una cualidad muy bien valorada por las organizaciones.
Habilidades de comunicación
La comunicación efectiva es clave en contextos internacionales. No solo supone la mera transmisión de información, sino que también implica la capacidad de expresar claramente ideas, comprender a colegas extranjeros y superar las barreras lingüísticas.
La habilidad para comunicarse de manera respetuosa facilita la transmisión de mensajes, pero también fomenta unas relaciones laborales sólidas, lo que resulta fundamental para mantener la productividad y, por tanto, la rentabilidad.
Mentalidad global y estratégica
Quienes aspiran a ser candidatos de una asignación internacional deben contar con una mentalidad global, con una comprensión profunda de los mercados internacionales, las tendencias económicas y los factores geopolíticos. Los profesionales con esta perspectiva toman decisiones informadas y son capaces de aportar una visión estratégica de un gran valor añadido para cumplir los objetivos marcados por la organización.
Resiliencia y tolerancia al estrés
Las asignaciones internacionales, por su complejidad, exigen a trabajadores resilientes. Tendrán que enfrentarse desde el minuto uno a situación de estrés, desde la gestión del jet lag hasta la adaptación a un nuevo entorno laboral, pasando por otros desafíos profesionales asociados al trabajo diario. La resiliencia emocional es clave para mantener un rendimiento óptimo, permitiendo enfrentar obstáculos con la determinación requerida.
Habilidades de liderazgo y trabajo en equipo
Las habilidades de liderazgo y trabajo en equipo son fundamentales para el éxito en cualquier contexto laboral, pero cobran especial relevancia en asignaciones internacionales. La capacidad de liderar equipos diversos, compuestos por profesionales de diferentes nacionalidades, es un activo clave. Los profesionales deben tener el objetivo de contribuir al éxito colectivo más que destacar por un lucimiento individual.
Conocimientos especializados
Contar con conocimiento de los aspectos legales y comerciales particulares del destino es un aspecto importante para evitar complicaciones en las asignaciones internacionales. Los profesionales que interiorizan las leyes laborales, fiscales y comerciales del país que les acoge protegen a la empresa de posibles problemas legales y aseguran una actuación fluida en este escenario internacional.
Autonomía y toma de decisiones
Las organizaciones buscan a profesionales con capacidad de tomar decisiones y actuar con un cierto grado de autonomía, ya que en un contexto internacional la supervisión directa puede ser limitada.
Los profesionales que pueden asumir responsabilidades y liderar una iniciativa sin una dirección constante demuestran un nivel de madurez y confiabilidad que las organizaciones valorarán positivamente a la hora de elegir a los candidatos de una asignación internacional.
Networking y construcción de relaciones
Construir redes de contactos sólidas con colegas, clientes y socios se convierte en una herramienta esencial en el contexto internacional. Los profesionales que tienen la habilidad de tejer redes efectivas contribuyen significativamente al éxito global de la empresa, abriendo puertas y facilitando la colaboración internacional.
Mentalidad de aprendizaje continuo
En un entorno empresarial que evoluciona rápidamente, la mentalidad de aprendizaje continuo se convierte en un activo de gran valor. Los profesionales que buscan ampliar constantemente y mejorar sus habilidades potencian su desarrollo personal y profesional, ofreciendo a la empresa una oportunidad continua de mejora. Esta actitud ayuda a garantizar que la empresa esté siempre un paso adelante en el contexto internacional.
