Las asignaciones internacionales son un factor determinante para las empresas con vocación global. Sin embargo, aunque las organizaciones utilicen esta fórmula para avanzar en la expansión a nuevos mercados y fortalecer su presencia internacional, hay un factor a tener en cuenta: el impacto de estas asignaciones en la productividad del empleado.
Las asignaciones internacionales implican el traslado temporal o permanente de empleados a otro país para desempeñar un rol específico. Esta experiencia, que supone interesantes oportunidades para el profesional, puede tener un impacto, tanto positivo como negativo, en su productividad.
Impacto en la productividad del trabajador
Las asignaciones internacionales son claves para el desarrollo de habilidades interculturales, esenciales para navegar en un contexto globalizado. La exposición a diferentes culturas y formas de trabajo fomenta la adaptabilidad, la sensibilidad cultural y la capacidad de trabajar de manera efectiva en equipos multiculturales.
A su vez, la experiencia en un nuevo mercado permite al empleado adquirir nuevos conocimientos y perspectivas sobre la industria y el sector, los clientes y la competencia internacional. Esta visión global enriquece el bagaje profesional del empleado que se desplaza al nuevo destino y puede ser un gran activo para la empresa a su regreso.
Por otro lado, las asignaciones internacionales también pueden ser una fuente de motivación y compromiso para los empleados. La oportunidad de trabajar en el extranjero, asumir nuevos desafíos y vivir en un nuevo entorno puede hacer que el trabajador se sienta motivado y desarrolle un sentimiento de lealtad hacia la empresa que le ha dado la oportunidad de crecer, personal y profesionalmente.
Por último, estas experiencias permiten construir redes de contactos valiosas con colegas, clientes y socios comerciales en el extranjero. Y estas conexiones pueden, a su vez, abrir nuevas puertas para la empresa, generar oportunidades de negocio y fortalecer su presencia internacional.
Disminuir el impacto negativo de las asignaciones internacionales
A pesar de todo, y aunque las asignaciones internacionales presentan una serie de innegables beneficios potenciales para el profesional, también suponen un reto que puede afectar negativamente la productividad y el desempeño profesional del empleado, lo que las convierte en un arma de doble filo para la organización.
El choque cultural es uno de los obstáculos más comunes a los que se tiene que enfrentar el trabajador y que, por tanto, puede repercutir en la empresa. La adaptación a una nueva cultura, idioma, costumbres y forma de vida puede ser un proceso complejo y muy estresante, lo que puede afectar el desempeño del empleado en su puesto de trabajo, sobre todo a corto plazo.
Por otro lado, las barreras lingüísticas también pueden dificultar la comunicación efectiva y el trabajo en equipo. La falta de dominio del idioma local puede generar malentendidos, frustración y una sensación de aislamiento en el trabajador, y cualquiera de estas circunstancias puede afectar negativamente a la productividad en el desempeño de sus funciones.
La nostalgia y los problemas familiares vividos a distancia también pueden hacer acto de aparición. La separación de la familia, amigos y redes de apoyo puede generar sentimientos de soledad y tristeza, lo que puede afectar el estado de ánimo y la motivación en aquellas personas que se marchan a vivir una aventura profesional en el extranjero sin sus familias.
Finalmente, las dificultades logísticas asociadas con la ubicación en un nuevo país, como la búsqueda de vivienda, la adaptación al sistema de salud y los trámites administrativos, pueden consumir tiempo y energía.
Maximizar el impacto positivo en las asignaciones internacionales
Para maximizar el impacto positivo de las asignaciones internacionales en la productividad del empleado, las empresas deben implementar estrategias integrales que aborden tanto los aspectos positivos como los negativos de esta experiencia.
En primer lugar, la selección cuidadosa de los empleados es crucial para el éxito de las asignaciones internacionales. Es fundamental identificar a candidatos con las habilidades interculturales, la capacidad de adaptación, la motivación y la resiliencia necesarias para prosperar en un nuevo entorno.
Además, la organización debe proponer al trabajador una formación adecuada a sus característica y habilidades, con el fin de minimizar el impacto negativo del choque cultural y las dificultades de comunicación que el profesional puede encontrar en su nuevo destino. Así, las compañías deben brindar a los empleados formación en cuanto a habilidades interculturales y cursos de idiomas, así como establecer las bases del apoyo necesario para la adaptación a la nueva cultura, lo que puede marcar una gran diferencia.
Por otro lado, es necesario que el trabajador sienta un apoyo continuo durante el tiempo que dure la asignación internacional, lo que se afectará a su bienestar y su productividad en el puesto de trabajo. La empresa debe ofrecer asistencia con temas logísticos, de salud, y los relacionados con la vivienda, así como crear espacios para la interacción social y el apoyo emocional. Empresas como Hasenkamp pueden ayudar a que el trabajador se sienta cómodo en su nuevo destino y consiguen que la transición a su nuevo puesto sea lo más suave y satisfactoria posible.
Por último, la evaluación y el seguimiento del desempeño de los empleados durante y después de la asignación internacional permite a las empresas identificar las mejores prácticas, así como las áreas de mejora, con el fin de no repetir errores en futuras asignaciones.
Al implementar estas estrategias integrales de selección, preparación, apoyo y seguimiento, las empresas pueden optimizar el impacto de las asignaciones internacionales y convertirlas en una experiencia enriquecedora y provechosa, tanto para los empleados como para la propia organización.