asignacion internacional momento vital

La decisión de aceptar una asignación internacional tiene un impacto significativo en la vida personal y profesional de una persona. Las ventajas y desventajas de dejar tu país y marcharte a un nuevo destino, algo cada vez más común en las estrategias empresariales, pueden variar considerablemente según la franja de edad en la que se encuentre el individuo. 

 

Entre 18 y 30 años

Para las personas entre 18 y 30 años, aceptar una asignación internacional puede ser una oportunidad excepcional para enfocar su carrera profesional y crecer a nivel personal. Entre las ventajas de marcharse a otro país siendo joven está el hecho de poder ampliar horizontes, ya que la exposición a nuevas culturas y entornos laborales no solo es enriquecedora, sino que ayuda a desarrollar una perspectiva global. 

Además, la inmersión en un entorno donde se habla otro idioma puede acelerar el aprendizaje y perfeccionamiento de nuevas habilidades lingüísticas, lo cual es un activo valioso en el mercado laboral, especialmente si el interesado quiere desarrollar su carrera en un ambiente internacional.

Por otra parte, otra ventaja significativa de aceptar una asignación internacional a esta edad es la posibilidad de establecer redes de contactos internacionales. Al trabajar en el extranjero, los jóvenes profesionales pueden conformar relaciones muy beneficiosas para su carrera a largo plazo. Asimismo, esta experiencia puede hacer que las personas comiencen a destacar en el mercado laboral, ya que las empresas suelen valorar de manera destacada a los candidatos con experiencia internacional.

Sin embargo, también hay desventajas que considerar. Los profesionales más jóvenes se enfrentan al reto de la adaptación, y podrían sentir que no terminan de encajar, tanto a nivel personal como profesional. La falta de experiencia previa puede dificultar la gestión de expectativas y el manejo de situaciones complejas en un entorno completamente nuevo. Además, el hecho de estar alejados de la familia y los amigos puede pesar más en una etapa de la vida en la que las redes de apoyo son cruciales.

 

Entre 30 y 50 años

Para las personas entre 30 y 50 años, las asignaciones internacionales ofrecen interesantes oportunidades para el avance profesional. En esta etapa, muchos profesionales buscan desarrollar su carrera y adquirir experiencias que les permitan ascender a posiciones de mayor responsabilidad dentro de su organización. Trabajar en el extranjero puede facilitar este salto, además de fortalecer habilidades de liderazgo y gestión en un contexto multicultural. En este sentido, la asignación internacional puede ser vista como una prueba de adaptabilidad y competencia, dos aspectos muy bien valorados por los empleadores.

En cuanto a las ventajas personales, esta franja de edad es ideal para quienes desean poder experimentar la experiencia de vivir en el extranjero antes de establecerse definitivamente en el país de origen. Para algunos profesionales, esta puede ser la última oportunidad de vivir en el extranjero.

Sin embargo, en esta franja de edad también encontramos algunas desventajas. Muchos profesionales pueden tener una familia o estar en proceso de formar una, lo que puede complicar una mudanza internacional. La educación de los hijos, el empleo de la pareja y el bienestar general de la familia son factores que preocupan a los asignados internacionales de esta edad, si bien es cierto que las organizaciones cada vez dan más oportunidades para que los trabajadores se trasladen, especialmente si se trata de una asignación internacional de larga duración.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la estabilidad laboral y la acumulación de beneficios en el país de origen también puede verse interrumpida, lo que conlleva implicaciones a largo plazo. Otro de los motivos por los que desistir de una asignación internacional a esta edad es la incertidumbre sobre la reintegración al mercado laboral local al regresar del extranjero, ya que el tiempo que se ha pasado fuera puede afectar a las conexiones y oportunidades profesionales en el país de origen.

 

Entre 50 y 65 años

Finalmente, para las personas entre 50 y 65 años, las asignaciones internacionales pueden ser una oportunidad para renovar la carrera y enfrentarse a nuevos retos antes de enfocar el horizonte de la jubilación. Estos profesionales pueden tener la inquietud de compartir y aplicar su amplia experiencia profesional en un nuevo contexto, lo que puede ser muy gratificante. Además, marcharse al extranjero aportará una perspectiva única y muy valiosa a la organización para la cual trabajan.

A nivel personal, una asignación internacional en esta franja vital se convierte en una excelente oportunidad para experimentar una cultura diferente. Sin embargo, también hay que tener en cuenta los inconvenientes. Los profesionales a esta edad pueden tener mayores responsabilidades familiares, y en muchas ocasiones ya no se plantean trasladar a la unidad familiar al nuevo destino.

Por otro lado, las complicaciones de salud pueden ser un hándicap para aceptar una asignación internacional a esta edad, especialmente si el país al que se dirige el profesional no cuenta con excelentes condiciones sanitarias. También hay que tener en cuenta que cada vez se acerca más la jubilación, lo que hace que una asignación internacional debe evaluarse detenidamente para ver si interesa en términos de beneficios económicos. 

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